Muchos de nuestros clientes, constructores de reconocida trayectoria, con buen historial crediticio, reportes bancarios positivos, agentes comerciales satisfechos y recursos líquidos en el banco, se encuentran con que al momento de gestionar un crédito – ya sea comercial o constructor (inmobiliario) – el banco rechaza las solicitudes por falta de garantías. En otras ocasiones, solicita además el banco respaldos personales, instrumentos de garantía firmados por socios y/o accionistas (pagarés en blanco con carta de instrucciones entre otros), o una cascada de obligados subsidiarios que hacen prácticamente imposible acceder a recursos de deuda que faciliten la ejecución de un proyecto.
¿Cómo hacer entonces que un crédito se otorgue en condiciones viables? En nuestra experiencia, la respuesta está en una correcta preparación de los activos.
La mayoría de los constructores han concentrado sus esfuerzos en diseñar y ejecutar proyectos de alta calidad, que responden a las expectativas del mercado. En ese ejercicio, a veces olvidan que para que la construcción se pueda ejecutar, es indispensable contar con el respaldo financiero de una entidad que piensa en términos de riesgos legales, financieros y comerciales entre otros, por lo cual ayudar al banco en la superación de sus estándares mínimos – en términos de activos que sirvan de garantía – es indispensable para no entorpecer la viabilidad de los proyectos de construcción.
En créditos inmobiliarios, por ejemplo, la garantía principal tiende a ser de naturaleza hipotecaria: el lote donde se ejecuta al proyecto. Para que una entidad financiera pueda liberar recursos, el saneamiento jurídico de las propiedades, o al menos una clara hoja de ruta para el saneamiento, es absolutamente indispensable. No basta con ser “dueño” de una propiedad, es imperativo hacer que la titulación, la cabida y linderos y la disposición material permitan entender a los analistas de crédito que un predio es suficiente instrumento de garantía.
Para constructores que no tienen respaldo hipotecario, también es posible estructurar un conjunto de garantías – y acá nos referimos al término “conjuntos de garantía” como una expresión que recoge un grupo de activos líquidos y saneados que sirvan de respaldo a una obligación comercial – que cumplan, nuevamente, con ofrecer la tranquilidad a una entidad financiera de que en caso de incumplimiento (repetimos: gestión de riesgos legales, financieros y comerciales entre otros) el banco tendrá medios para recuperar el dinero que ha dispuesto en el proyecto inmobiliario.
Tanto para créditos inmobiliarios como para créditos comerciales, la oportunidad es tanto o más valiosa que el mismo saneamiento. Tener un desfase entre la solución y el momento oportuno, se traduce en sobrecostos y en ocasiones en frustraciones comerciales a veces irrecuperables. En Altano estamos disponibles para asesorarlos en las actividades de acompañamiento a solicitudes de crédito, gestión de riesgos legales y preparación de sus activos. De la adecuada preparación depende la viabilidad de sus proyectos comerciales.
Fecha: 25 de julio de 2023